El Palacio da Pena de Sintra es un castillo romántico terminado en 1854. Está situado en la cima de una colina sobre la ciudad de Sintra y se puede divisar fácilmente desde Lisboa en un día claro. Este monumento nacional, conocido por sus características arquitectónicas y su amplio parque forestal, recibe miles de visitantes cada año. Sigue leyendo para saber más sobre la historia del Palacio da Pena, sus aspectos más destacados, cosas que hacer y mucho más antes de visitarlo.
El emplazamiento del Palacio da Pena era una capilla medieval dedicada a Nuestra Señora de la Pena hasta que el rey Manuel I ordenó la construcción de un monasterio que fue donado a la Orden de San Jerónimo. Sin embargo, en el siglo XVIII, quedó muy dañado por el gran terremoto de Lisboa. Afortunadamente, la capilla consiguió salvarse sin arruinarse en absoluto, lo que sorprendió al rey de Portugal, Fernando II. El rey decidió entonces adquirir el monasterio y sus alrededores para construir lo que hoy vemos como el grandioso Palacio de Pena.
El castillo se construyó con el propósito de servir de residencia de verano del rey. Sin embargo, tras su muerte, el palacio pasó a manos de su segunda esposa, Elisa Hensler, condesa d'Edla, quien posteriormente vendió el palacio al rey Luis. En 1889 fue adquirido por el Estado portugués y posteriormente fue clasificado como monumento nacional y transformado en museo.
El Palacio da Pena alberga una rica profusión de estilos que se asemejan mucho al gusto exótico del Romanticismo. Alberga una mezcla de varios estilos arquitectónicos como el neogótico, el neomanuelino, el neorrománico, junto con otros estilos orientales como el neomorisco y el indogótico, la mayoría de los cuales han cobrado protagonismo desde la gran renovación de la década de 1840.
Muchos de los elementos del convento se conservaron bien, como el claustro, el comedor, la sacristía y la capilla manuelino-renacentista. Todo ello se trasladó posteriormente a la nueva sección del palacio, que cuenta con una amplia y una torre del reloj. Lo más destacado sería, sin duda, la Terraza de la Reina, ya que en ella se encontraba un cañón con reloj de sol que solía dispararse diariamente a mediodía. La torre del reloj se completó más tarde, en 1843.
El Parque da Pena es una vasta zona boscosa que se extiende a lo largo de 200 hectáreas y rodea el palacio. El parque está repleto de senderos, caminos secretos, pabellones, lagos, estanques y árboles exóticos diseñados a partir de las órdenes dadas por el rey Fernando, de donde viene el gusto exótico.
Algunos de los árboles exóticos que no te puedes perder son: